viernes, 26 de agosto de 2011

Si te dicen que caí... – ¡morcilla para ti!


Hace cuatro años Gadafi plantaba su “jaima”, en los jardines del palacio de El Pardo, el rey se entrevistaba amistosamente con el y todos los medios de comunicación reían sus muchas extravagancias. Hoy, el “autócrata” (todavía no se atreven a llamarle dictador) ya no es jefe de estado sino carnaza informativa y los medios de comunicación que antes le bailaban el agua ahora critican hasta su gusto en decoración. La ONU financia a los sublevados y todos los presidentes quieren entrevistarse con el jefe rebelde. A mi me importa poco el asunto en si; lo que me avergüenza es la hipocresía, sobretodo la de los medios informativos. Cualquier persona normal se preguntara: ¿cuándo mentían, antes o ahora? La respuesta es sencilla antes y ahora, porque en la “sociedad de la información” los medios nos mienten siempre.

Recuerdo el caso de la Orca Willy que se llevaron del Zoo de Barcelona con la promesa de devolverla cuando se construyera el nuevo Acuarium en el puerto de la capital catalana a donde se trasladarían todos los animales marinos del zoológico. un gran proyecto de los 90's que ahora mas de veinte años después se ha desestimado. En el –entonces recién estrenado programa– Club Super 3 se les decía a los niños que, una vez hubiera tenido un hijito con la orca de San Diego y aquí estuviera solucionado lo del espacio, pues el antiguo tanque se le había quedado pequeño, volvería. esta misma noticia también se dio en diferentes informativos si bien con cierta ambigüedad. ; sin embargo en los periódicos se daba la noticia de su venta –definitiva– al zoo de San Diego. Por mi parte desde el primer momento sabia que no volvería. ¿por qué nos querían hacer creer lo contrario, no solo a los niños sino también a los adultos? Porque sabían que no iba a gustar, claro. y lo que no gusta mejor no decirlo y así es como si no sucediera.

En los últimos años los medios están tan politizados que hablamos de cadenas de “derechas y de izquierdas” y los presentadores y periodistas en vez de ser imparciales en su oficio nos dan su opinión personal de los asuntos y hasta insultan a los otros medios. La objetividad periodística se ha perdido y tenemos que soportar que los informadores nos aleccionen y adoctrinen, nos enseñen cual es la dirección en la que según ellos debemos pensar, en vez de informarnos exhaustiva pero imparcialmente como es su obligación. Por otra parte esta dirección que nos marcan cambia de rumbo como las veletas, según el viento que sopla.

En fin... siempre nos queda Internet, tierra virtual de promisión, donde nadie miente y todos somos guapos.

Eriol

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