jueves, 1 de septiembre de 2016

Cuando un gran actor se va...

algo se muere en el alma, parafraseando la conocida sevillana que le canta al amigo perdido la cual dice también que "va dejando una huella que no se puede borrar"

Así es con el actor Gene Wilder que se nos ha ido este mes de Agosto a los 83 años.

Aunque su faceta más conocida es la de humorista con grandes cintas cuyos títulos quedarán en la memoria de todos como El Jovencito Frankenstein, El rabino y el pistolero No me chilles que no te veo, y la menos conocida es la de guionista/productor/director (muchas de las películas que protagonizó las dirigió y guionizó él mismo como La mujer de rojo ) sus mayores éxitos -en mi opinión- los logró precisamente cuando se ponía "serio" , cosa difícil para un cómico nato como él.



El expreso de ChicagoAsesinato en Stamford son una buena muestra de lo que Gene Wilder podía hacer cuando no pretendía hacer reír, cosa que de una manera  u otra siempre hacía.

Pero el caso es que de entre todas sus películas hay una que muestra su especial talento para pasar de la comedia a la melancolía (imposible hablar de drama) y es que, cuando a las nuevas generaciones se les habla de Willy Wonka es dificil que imaginen a otro que no sea al histriónico Deep. Sin embargo, tres décadas antes que este, Wilder interpretó a este primo-hermano del Sombrerero Loco en la película que en España se conoció como "Un mundo de fantasía" antes de que aquí se popularizara la obra de Roald Dahl.


Su imagen en esta película es bien conocida, incluso por los que no la han visto, ya que es una de las favoritas a la hora de hacer "memes".

El Willy Wonka de Wilder es todo lo que Willy Wonka debía ser.
Su locura melancólica, mucho más creíble, aunque menos impactante que el traumático y traumatizado protagonista del "remake", nos hace pasar, sin casi solución de continuidad, de un humor cándido y expectante, a la añoranza de la infancia perdida con su "Pure Imagination".
No nos ha de extrañar oyéndole cantar que tanto al principio como al final de su carrera pasara por Broadway participando en diferentes musicales teatrales.

Curioso galán que a pesar de no ser el guapo de la película, siempre se llevaba a la chica.

Es un poco tópico decir que siempre nos quedarán sus películas y que será inmortal en el recuerdo de todos aquellos que reímos y lloramos y nos emocionamos con su interpretación que, junto al ya desaparecido Richard Pryor, marcó toda una época, más aún, un género, dentro del "cine familiar" de los 80, no sin destacar que su carrera se dilató desde los años 60 hasta los 90 de forma casi ininterrumpida.

Sin embargo ¿qué no és tópico a la hora de despedirnos?

Si bien es cierto que todo el que abandona este plano, deja un vacío, tampoco es menos cierto que los actores nos dejan toda su carrera, la cual, a diferencia del ámbito personal, podemos compartir universalmente, pues son universalmente conocidos.

Cuando un gran actor se va..., parafraseando esta vez a Alberto Cortez quién también le ha cantado al amigo perdido, "una estrella se ha perdido. la que ilumina el lugar donde hay un niño dormido"...





Adel22

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