jueves, 17 de marzo de 2011

La ultima canción










La ultima canción de Bilbo es un libro pequeño y extremadamente corto (20 paginas) sin embargo después de haberlo leído queda, como con todos los libros de Tolkien, una huella indeleble.

La poesía en si no es nada del otro mundo estilísticamente hablando y aunque por suerte esta edición viene a ser bilingüe y podemos apreciar la métrica original (e incluso algunos términos ligeramente traducidos -mas en la forma que en el fondo, es cierto- que pueden distorsionar los sutiles conceptos del “sentimiento Tolkien”) tenemos un texto muy corto -una estrofa por pagina- y excesivamente simple . Esta pequeña obra bien podría haber sido incluida en alguna recopilación al igual que se hizo con “Las aventuras de Tom Bombadil” y probablemente lo será. Pero esta primera edición que yo he comprado hace poco (y que salió a finales del año pasado sin prácticamente publicidad) tiene un elemento añadido que probablemente desaparecería en un recopilatorio, las ilustraciones (como en el caso de Cuentos desde el Reino Tenebroso y las ilustraciones correspondientes a las obras que contiene tal y como las tienen en sus respectivas ediciones individuales). En este caso son de Pauline Baynes una de las mas conocidas entre los ilustradores de la obra del profesor Tolkien. En realidad se podría decir que en general son desacertadas pues su idea de la Tierra Media y sus personajes es extremadamente clásica (encontramos un Elrond que mas recuerda al príncipe Valiente -con su peinado “a lo paje”- que a un alto señor de los elfos, demasiados de los personajes aparecen de espaldas o poco definidos) pero al margen de su interpretación personal, sus dibujos recuerdan a la “escuela” de Beatrix Potter, todas las paginas de texto están iluminadas con árboles otoñales, diminutos pájaros y animales boscunos; Esto además de las pinturas que ilustran el tema propiamente dicho. Aunque sospecho que todas las ilustraciones están sacadas de obras anteriores es un trabajo realmente cuidado. La unión entre texto y dibujo es la clave

Excesivamente simple decía al principio, simple como Bilbo que es quien la canta, simple como los Hobbits y su tranquila vida, simple en fin, como podría serlo nuestra vida si no nos la complicáramos tanto.

Este no es un libro para devorarlo con la avidez que provoca la trilogía de El Señor de los Anillos o el afán exegético del Silmarilion. Nisiquiera es un cuento "infantil" como Roverandom. Es un libro para detenerse en cada pagina como quien se detiene en el camino a admirar un paisaje. No esperas nada mas -ni nada menos- que lo que estas viendo...Si usted me entiende.



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